1r final:
Bipa acabó volviendóse atrás, no pudo resistir la fuerza de la estrella. Ella se debilitó un poco, pero tampoco le importaba mucho.
Lo que ahora le preocupaba, era que cuando llegara en las cuevas (no había pensado ni si podría sobrevivir todo ese trayecto en su estado) cómo les explicaría a todos, que era ella (ya que era muy diferente), después, que no había podido salvar a Aer, que hay un palacio más allá del frío, que hay calor, que hay mucha gente, de cristal, de hielo... se sentía perdida.
Cuando acabó de hacer sus pensamientos, se dió cuenta de todo lo que tenía que atravesar sin provisiones, sin la misma masa muscular con la que pasó la otra vez (y ya le fue bastante difícil), y sobre todo, sin Aer, y con el pensamiento de que todo lo que había hecho por él, había sido en vano. Prefirió dejarlos volar, y continuó su camino hacía las cuevas.
Al cabo de dos días, la encontraron Gélida y todo su ejército, que la hicieron prisionera para toda la etérnidad.
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2º final:
Bipa, al ver que Aer no le hacía caso cuando le gritaba, ni tan sólo daba ni un sólo gesto de menor interés en ella, es más, ella creía que él ni la oía, se fué en busca de la Diosa, encerrada en el subsuelo.
Se fué con la ayuda del ópalo, pregó que él hiciera un túnel hacia dónde la Emperatriz, e después, tener una amiga con quien confiar para luchar contra la estrella de la Emperatriz.
Entonces, puso el plan en marcha. Iba todo bastante rápido, y los pocos segundos que duró la excavación, se los pasó deseando que aún no fuése demasiado tarde para rescatar a Aer.
La Diosa quedó libre, destruyó a la estrella de la Emperatriz, e después se puso a cargo de todo el planeta. Todo cambió de golpe. Estaba todo lleno de esas cristuras de colores maravillosos. Aer aún seguía vivo, e por primera vez en muchísimo tiempo, Bipa comió algo con sabor.